Cuando nos adentramos por primera vez en los mercados financieros, ya sea para hacer trading o para hacer inversiones a largo plazo, entramos en ellos sin más, simplemente con la ilusión de ganar dinero o guiados por una intuición basada en nada de experiencia.
La intuición es una habilidad que se puede a llegar a desarrollar con el paso de los años y en base a mucha experiencia en los mercados financieros y ni con esas a veces es difícil que nos sirva de algo.
Nos olvidamos por completo que entramos a competir directamente con otros traders o inversores que llevan muchos años a las espaldas y con grandes bancos o fondos de inversión con miles de trabajadores y sistemas algorítmicos diseñados para sacar el máximo rendimiento al mercado…con otras palabras, entramos en un entorno muy complicado con una nula o escasa preparación y, lo peor de todo, jugándonos el dinero que tanto sacrificio nos ha costado ahorrar.
Aún recuerdo en mis inicios cuando compraba acciones que la decisión simplemente estaba fundamentada en intuiciones o modas, lo peor de esto es que se puede ganar dinero, siempre y cuando sea un mercado alcista. Hay una frase que me encanta de Paul Rubin y que define perfectamente la suerte que se puede tener en un mercado alcista: “Nunca confundas brillantez con un mercado alcista”
Tenemos que tener un sistema de trading o de inversión, da igual el plazo que sea como si es intradía o largo plazo. No podemos regalar el dinero al mercado, así como así.
Lo bueno que tienen los mercados es que podemos hacerlos el sistema a nuestra medida y a nuestra disponibilidad. No tenemos que tener prisa de ganar dinero, ya que cuantas más prisas tengamos antes perderemos.
Se trata de aprender cómo se mueven los mercados para que en el momento de invertir o especular con nuestros ahorros tengamos, al menos, cierto fundamento basado en el estudio de los mismos…y lo más importante, que podamos ir aprendiendo en base a nuestras experiencias.
Además, la ausencia de un sistema genera mucho estrés ya que la toma decisiones está fundamentada en simples intuiciones o escaso conocimientos cuyo resultado acaba siendo fruto el azar.
Por mucho que hablen del azar o la suerte en los mercados, a largo plazo, con el estudio metódico se puede ganar dinero, ni siquiera haciendo falta tener suerte.